viernes, 12 de julio de 2013

Decepción


¿Que sentimos cuando nos descubrimos decepcionados?
Nos sentimos estúpidos y traicionados.
Y se enrocan como un erizo nuestros sentidos,
dejando alerta al mas afligido de los recelos.

Una afilada hoja corta en sentido contrario nuestros nervios
y esconde en las entrañas el sentido común juicioso y tolerante
sintiéndonos a la par que solos, rotos, empujando la ira a bocajarro,
que protegerá nuestros sentimientos del futuro incierto.

Así nos privaremos de nuevos colores, aromas y emociones
haciendo esquivo el deseo de arriesgar;
manteniendo una distancia de mil fríos metros
entre la neutra objetividad y el temeroso escepticismo,
sin dar cabida al descubrimiento más inesperado.

El miedo a la frustración nos recluirá en una celda de desapego
donde la indiferencia será nuestro compañero y aliado,
liberándonos de posibles disloques y dudosos entusiasmos.

Pero el tiempo es un gran cauterizador de almas
y la confianza regresa con la asignatura aprobada:
ya no esperamos nada de nadie y nadie nos defrauda,
y el desencanto y el enojo no puede alcanzarnos.

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