Sosteniendo
la luna entre los dedos, con esperanza,
y
atravesar la ventana del tálamo de holganza,
intentando
con Plantxy-Birke vagar sin desplazarse,
con
el cuerpo inútil y el talento entumecido.
Las
noches son exuberantes de aplomo
para
esquivar las memorias que escuecen,
las
suturas aún sin cicatrizar,
y
la vigilia abraza voraz y glotona
envidiosa
de nuestra entereza.
Amparados
en recuerdos calmos y bellos,
manteniendo
hambriento el acecho del destino,
reparando
el encaje de la capa, las botas de mil leguas,
vistiendo
la inseguridad con ropa elegante,
alertas
para la embestida siguiente.
Arduas
tareas las de la noche,
cuando
los malos compañeros, esos falsos amigos,
nos
buscan con avidez y empeño,
para
aconsejar abanderados por la certeza.
¡Cuántas
veces os equivocáis, Duda, Timidez, Orgullo y Miedo!
Imposible
acallar vuestras voces maliciosas,
sólo
resta esquivaros en el ángulo de la almohada
y
esperar que el cansancio os aletargue... Por esta noche.
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