martes, 28 de julio de 2020

Joseph and the pianito...

Ojalá pueda sublimar su saliva en mi piel

y amanecer con la brisa entre sus dedos;

intimidad desobediente.


El grito de la humedad en los oídos

como un eco lascivo de cada capítulo desandado;

acostándome con sus susurros

en la gruta secreta donde resucitan

aquellos roces como balas

saliendo de los cartuchos,

acribillando mi Ser.


Sé que algo se estremece

pero se arquea dentro de un espejismo,

codiciando el credo del alquimista

labrando este mundo que elegimos;

anhelo su franqueza y su olvido agonizando

mientras me muestra el camino

como un jinete cabalgando los secretos,

desciende a través del río donde resucité

tan inalcanzable como verde;

ya no queda tiempo para pausas

ni para el invierno.



Gracias, por todo lo aprendido... Gracias, por compartir el camino... Gracias, gracias, gracias...


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