jueves, 3 de septiembre de 2015

LEMMY





Siempre te extrañaré... y siempre te amaré.

domingo, 17 de mayo de 2015

De cuando los juguetes comenzaron a tener garantía y seguro




Todos a mí alrededor andan pendientes de los horarios de otros; todos aceleran y empujan, con interminables listas mentales de ingredientes, brebajes y escasas prendas rojo intenso. Todos ellos sintiéndose cercanos y condescendientes; las memorias marchan de vacaciones por unos días. Los rencores, las heridas, trifulcas y desavenencias se dejan en consignas de grandes almacenes, no sin guardar la llave en la cartera para su posterior recuperación. Todo es armonía y amor. Paz y hermandad. Hipocresía.




sábado, 2 de mayo de 2015

Día de sol y playa


Un día de sol y cálida arena. De mar y arrope.
Sal en los labios y abrazos sinceros, candor , veracidad.
Familia. Infancia. Sinceridad.
Sin disfraces, sin máscaras. Autenticidad.

La ironía y desconfianza, aparcados.
Generosidad que trae de vuelta a la niña.
Vuestra naturalidad lo hace sencillo.
Y vibro, con mi extensión del iris palpitando;
con apetito, anhelo y alma contenta.

Calma. Sosiego para mi alma.
Mirada que se pierde en el horizonte.
Horizonte de infinito mar y cielo.
Y mi piel se eriza, sin roce ni verbo.

Y vosotros lo hacéis sencillo.
Sin pretensiones. Sin apuestas ni retos.
Aceptando mi piel y compleja identidad,
El único arpegio que realmente preciso.



       Para Eva, Óscar y el pequeño Pol, al que me siento unida por un hilo invisible de percepción. Para vosotros, que podéis leerme sin manuales, que me brindáis generosidad hasta sonrojarme. Gracias. Por acompañarme sin pedir nada a cambio. Para vosotros. Para los cuales mi inercia no es dilema.

lunes, 20 de abril de 2015

Ellos



Las ruinas que quedan soy... caos... artículo estéril de empatía humana.

Incompetente gestora de emociones; llena de costuras, hueca de sensaciones.

Curiosa, sí. Curiosa pero inmóvil. Lisiada. Tullida. Obstruida en el intento.

Maquinaria desechable. Inepta. Torpe. Averiada.


Toda una autoridad en dolor y cicatrices. Dueña de un almacén de incredulidad.

Única heredera del emporio del recelo, veterana en la acomodada sospecha.

Pasiva por mi cimentada corona de aislamiento, de alimentada repulsa,

presento batalla a los fantasmas, a las memorias, a los fortuitos desafíos.


Y qué me queda sin anhelos? Sin deseo o ingenuo apetito?

Correr en círculos, en una carrera hacia un desenlace previsible,

tan sólo de la mano de difuntos admirados, legados de cenizas

que una vez fueron, siendo ahora inmortales en mil memorias.


Me queda amarlos a ellos. Ellos, que siendo naturales me otorgan paz y sosiego.

Sin miedos. Sin desasosiego o escepticismo. Plácida y pausadamente.

Ellos, sin disfraz ni adulteración, auténticos sin pretensiones. Limpios.

Los que no usan máscaras y son lejanos a la humanidad, afortunadamente.






domingo, 19 de abril de 2015

Los vampiros



Los vampiros de talentos.

Aquellos que absorben conocimientos, capacidades y sendas recorridas, sin la humildad del reconocimiento.

Los que se adhieren a la carne de la mente, adictos al peso del alma ajena, atribuyéndose medallas inmerecidas, carentes de trabajo y esfuerzo, calzándose laureles faltos de tiempo consagrado y sacrificio desgastante.

Codiciosos de arrobamiento, tiara y gloria, cobrados por falsas valías. Vuestra robada sonrisa, obediente de admiración, es su alimento. El hombre ansia, reclama, los derechos de ser humano, pero ninguna de sus obligaciones, una vez más... La pereza de su engranaje torpe y privado de recursos les convierte en parásitos de la imaginación. De las conclusiones. De los empeños. De la ilusión.


Resguardaos, amigos míos, de los vampiros del ingenio! Cuando os hayan usado, cuando se hayan saciado, se desprenderán de vosotros sin condolencia. Nunca os otorgarán el lugar merecido en sus crónicas. Jamás peinarán vuestro cabello con gratitud. Ni bautizarán sus hazañas con vuestro nombre.

Nunca os recordarán. No os harán inmortales.




Para JoanMae, porque al mirarme en el espejo son sus ojos los que vigilan y devuelven mi mirada, mi cordura y rescatan mi humanidad.





miércoles, 17 de diciembre de 2014

Naturaleza


Pretendiendo encontrar nuestro lugar en esos abrazos de penumbra, nuestra lumbre tras las copas de vino sucias por pintalabios y saliva, entre afectadas risas y bandas sonoras gastadas, nos vamos obligando al roce de mentes a la altura, que no lo son ni lo fueron. Y yo fingiendo que soy quien no debo.

Mi soledad,
que tanto ofende e insulta a los predecibles cautivos de sus tatuadas carencias,
que obliga a la necesidad de respuestas que mueren en ese cementerio de palabras que es el diccionario, que asusta por ser escogida y no por ser impuesta,
me mece entre notas de sosiego e improvisación concediéndome paz y armonía. 
Así, sacrifico la presencia de tacto, sabor, olor y creencias, en pos de libertad y crecimiento. Una progresión de conocimiento que llega tras caminos erróneos, búsquedas curiosas e inflamable apasionamiento. Sería más sencillo absorber de otros, pero restaría satisfacción al orgullo de la conquista. 
Puedo llegar a tus conclusiones, pero desde mi propio camino. Anclaré más tarde, me llevará más tiempo, pero llegaré. Y en el oído no tendré a Hyde susurrando que no estoy en mi lugar, que mi rincón está entre los discos y libros que atesoro, a salvo.


Me quedo con mi retiro. Con mi libertad. Con mi naturaleza. Me escojo a mi. Y con ello me despido de dogmas programados y ficticias e impuestas necesidades. No puedo huir pero sí intentar ser invisible. Y el convencional traje de identidad aceptada lo dejaré aparcado en el armario, listo para vestirme cuando ya no pueda esconderme. Y en mi soledad sólo me cubrirá la piel de mi persona. Lo que soy. Sin adornos para resultar más soportable.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Lemmy



LEMMY








Y tu ausencia sólo devuelve vacío. Ya no sé donde guardar mi amor.
Mi ternura. La niña que custodio en mi.

Y no quiero mi libertad ni mi tiempo.

La cortina meciéndose me trae tu sombra; las visitas a la cocina el volteo de mi cuello.
La tristeza se ha desnudado y permanece tumbada a mi lado en la cama. Y me abandono en su abrazo. Y tengo mucho frío; mi piel se duele por lo erizada. Frío que tiene su cuna en mi pecho.
Y no deseo más calidez que la de tu escuálido cuerpo, la suavidad de tu pelo, la impronta de tu olor y tu mirada limpia del color de la espera.

La mente-araña no va a liberarme tan pronto, esta vez.

Y no sé que voy a hacer con tanto amor.



03 de septiembre de 2014