miércoles, 24 de noviembre de 2021

El mandril es él.

 

Erosiona orientar a un sinónimo,

predicar como se desnuda la belleza,

civilizar el alma viciada

por tanta premura y pereza.


Rutinas de trono adquiridas

por lapsos de inconsistencia

de abundancia sin apetito

y fragancia que sepulta ausencia.


No deseo abrir un camino

a la inepta limitación ajena

no quiero ser el maestro,

abatido libertador de cadenas.


Porque eso son las torpezas:

ignorancia y descarada osadía

que envalentona la soberbia,

dejando la estancia vacía

que aterida aspereza hospeda.


Para Amalia, mi hermana, mi amiga, la que calma mi mente, y comprensión, risas y sabio consejo me entrega. Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.