Las primeras gotas de lluvia
me invitan:
galopo a las calles
sonriendo palpitante,
quiero agua en mi frente,
en mis manos,
la frescura y humedad en mi semblante.
Mi cabello cubierto por sutil rocío,
mis pestañas,
mis hombros libando,
rapaza que salta de aguazal a charco,
esquivando en trote al escudado gentío.
Y no escapo, juego;
rio, salto, canto y bailo,
al son de estruendosos truenos,
soy candente alborozo en los inviernos.
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