jueves, 29 de agosto de 2013

Herida

Y el dolor te retuerce, doblegándote sobre ti mismo, partiéndote en dos.
No puedes ver más allá de sus ojos, aunque, nunca viste mucho más.
La ansiedad se alimenta de pensamientos en bucle, a los que no puedes alejar.
Y tu mente no puede asimilar el tormento, tras la ventana, al verles partir.
Ella te advirtió: “La gente herida es peligrosa. Sabe que puede sobrevivir".
Y aún así, decidido, escogiste posar tus alas al final de su cálida espalda.
El placer exquisito del dolor más intenso. La entrega de tu voluntad.
A cambio, ella se fingió dispuesta para ti en cada instante. Siempre.
Y, aquella fría mañana de verano te devoró, escupiendo piel y huesos,
mientras regresaba sin volver la vista atrás, a su cama junto a él.

                   
              Inspirada tras revisionar "Damage", de Louis Malle.

miércoles, 7 de agosto de 2013

La singularidad de los cuerpos extraños

Y si todo fuera un sueño? Y si no desperté, tras acostarme aquella noche, luego de colisionar con la certera realidad? Y si ya no crecí más, salvo en mi sueño? Si todo lo que creo haber vivido, recorrido, gozado, no ha existido. O quizá, algunos de mis compañeros, Krauss, Meissner, Pacini y Ruffini me llevaron al engaño, haciéndome creer que todo era real.

Y si tan sólo soy un cuerpo extraño, obumbrata et velata, abandonado en un lecho solitario, que bucea en un mar onírico de emociones gestadas por mi propia mente, enferma y pútrida?

No estoy aquí; sigo confundida en aquella cama.
No escribo estas palabras enlazadas por letras y espacios. Ceros y unos.
Lenguaje para que otros cuerpos extraños,
tan lejanos, tan cercanos, tan sinónimos, tan distintos,
puedan descifrarme.

Pero esto no es real.
La música que me mece sólo suena en mi cerebro. Sólo sucede en mí.

Y ninguno de vosotros existís.