Me he hecho miembro de un club.
Recientemente; ya pertenezco a un colectivo.
Me siento mucho mejor: más feliz y vitalista.
Arropada y protegida, formo parte de algo mucho más grande,
identificada, por fin.
Ya puedo definirme, etiquetarme,
y me siento comprendida.
Camino por las calles con el mentón apuntando a las nubes,
desafiante,
orgullosa y segura,
cada paso resonando como un eco infinito.
Ahora me rio diferente: mi aroma ha mejorado.
Mis pestañas son infinitas hoy, mis labios más sensuales
y mis glúteos más redondos y firmes.
El café de la mañana sabe distinto, extraordinario,
y mis pequeños pies siempre están cálidos.
Me arropan cientos de miles de congéneres;
¡no pueden estar equivocados!
Al fin me palpo completa y dichosa.
Afortunada por pertenecer a un grupo.
Ya realizo compras online.