domingo, 9 de febrero de 2020

PARA BERTO



Para ti Berto, Rigoberto, Bertolucci... mi mejor amigo... mi alegría y mi consuelo...
Mi perruno, mi gordo, mi pitu... mi compañero de vida... mi niño.

Tan tímido y prudente siempre. Tan dicharachero y risueño. Todo amor en tu mirada.
Entero dulzura y ternura en tus cinco kilines y medio.

Siempre viniendo a recibirme cuando llegaba y despidiéndome todas las mañanas...
Siempre a mi lado. En las noches, viendo nuestra serie favorita, y estirado entre mis brazos al dormir. Ladeabas tu cabecita para mirarme, con esos ojos de amor infinito. Tu delicado maullidito reclamando mimos o atención me hacía quererte aún más, si cabe!

Cómo me hacías reír en tus batallas imaginarias con las sardinas, Bizco y Pérez!
Y con tus veloces carreras de cachorro cuando salías del aseo!
Cuánto hemos sonreído al verte panza arriba, haciendo tus ruiditos de paloma!

Qué valiente siempre en todas tus pruebas medicas e ingresos!!! Y qué bueno siempre para tomar tus interminables sesiones de medicinas! Ni un mal gesto. Ni un reproche. Ni un enfado.
Resignado, las tomabas una tras otra y luego eras el de siempre. Al igual que en las eternas idas y venidas al veterinario. Paciente y agradecido, además.

No ha habido un compañero más cariñoso ni cuidadoso: con tu patita me tocabas, ligero, casi imperceptible, para que te prestase atención, con una dulzura incomparable.

Cómo disfrutabas curioseando todo lo que era nuevo! Desde un alimento a un calcetín. Te entusiasmaba olerlo todo! Tú pequeña naricilla rosada se movía de una forma tan bonita.

Y tu olor... podía pasar el tiempo sólo abrazada a ti oliéndote. Me llenaba de paz y felicidad el ser consciente de que estabas ahí, conmigo, y tan cerca y deseaba parar en ese instante, que no transcurriera el tiempo. No necesitaba nada más. Sólo que tú estuvieras sano, feliz y dicharachero.

Ahora pienso en que debería haber pasado más tiempo contigo... que debería haber jugado más, haberte acariciado más, haberte prestado todavía más atención... A veces, por cansancio del día a día, a veces por mis malditas preocupaciones. Lo siento tanto, Berto!!!

No puedo borrar mis errores, cómo pude dejarte partir durante aquel tiempo? Pero volviste a mi, y te prometí que tu vida será la mejor. Que nunca te dejaría. Que te cuidaría y amaría para siempre.

Ahora nos has dejado. Y el dolor es infinito, insoportable. El vacío, profundo y oscuro, desconsolado, que nada ni nadie podrá llenar.

Mi niño... mi amor... mi amigo... mi compañero... mi todo. El amor de mi vida has sido y serás por siempre.

Nunca dejaré de quererte desde lo más hondo de mis entrañas. Mi Berto.


08/02/2020